Ya está. Estoy de nuevo en París.
Hace 3 años entré en el mundo de la enseñanza pública y eso me obligó a reorganizar toda mi vida. Comenzó una etapa de cambio profundo a todos los niveles que me hizo seleccionar extraordinariamente bien (antes ya lo hacía con sumo cuidado) mis periodos de residencia para la creación artística. En mi caso, estas estancias son esenciales para no perder el pulso. Es fácil dejarse arrastrar por la rutina del trabajo asalariado, por sus comodidades y también sus engorros, pero yo languidecería hasta lo inimaginable si la puertecita de mi jaula cotidiana no se abriera hacia París.
Ya está. Estoy de nuevo aquí, en Cité internationale des art, respirando.